Mi alma canta el amor de Dios
y mi espíritu al Salvador,
porque Él miró mi humildad,
todo el mundo me aclamará.
Y la Virgen santa
le cantó al Señor,
dándole las gracias
por su gran amor. (bis)
Al humilde Dios levantará,
al soberbio lo derribará,
al hambriento le dará su pan
y a los ricos los despedirá.
Desde siempre Dios nos eligió
para ser testigos de su amor;
su misericordia y su bondad
con nosotros siempre estarán.
Autor letra y música: Desconocido