Háblame ya amigo al corazón
descansa en vos mi frente mi vida en vos.
Porque me rescataste del fatal secuestro,
porque me liberaste de mi eterna tumba.
Porque me amaste hasta dar la vida,
Porque me amaste hasta dar la vida.
Tan asombrado miro todo acabó
manso te has dormido hermano y Dios.
Muriendo descuajaste mi árbol más sombrío,
muriendo conquistaste el centro de mí mismo.
Partir en una mesa y no guardar
amar y echar a vuelo, ya no aferrar.
Yo recibí al nacer mi moneda dorada,
no la atesoraré quiero verla entregada.
Autor letra y música: P. Eduardo Meana