El Decálogo son las «diez palabras» que recogen la Ley dada por Dios al pueblo de Israel durante la Alianza hecha por medio de Moisés (Ex. 34. 28). El Decálogo, al presentar los mandamientos del amor a Dios (los tres primeros) y al prójimo (los otros siete), traza, para el pueblo elegido y para cada uno en particular, el camino de una vida liberada de la esclavitud del pecado.
Al joven que le pregunta «Maestro, ¿qué he de hacer de bueno para conseguir la vida eterna?», Jesús responde: «Si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos», y después añade: «Ven y sígueme» (Mt. 19. 16). Seguir a Jesús implica cumplir los Mandamientos. La Ley no es abolida. Por el contrario, el hombre es invitado a encontrarla en la persona del divino Maestro, que la realiza perfectamente en sí mismo, revela su pleno significado y atestigua su perennidad.
Los diez mandamientos son:
Jesús, magistralmente, resumió los diez mandamientos en dos:
Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas.
Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
(Mc. 12. 30-31)